Sta. Margarita de Antioquía saliendo de la panza del dragón, ilustración de 1440 (países Bajos).
Hoy comienza en este blog la serie de Extraños Santos del Catolicismo. Comenzaremos hablando de los Santos, reconocidos por el Vaticano, que tuvieron terribles encuentros con Dragones. Según se creía en la edad media europea, los bosques, océanos y montañas estaban plagados por feroces lagartos, algunos alados, con un aguijón en la punta de la cola, otros con cara de león y orejas de caballo, o todo junto. Claro, en el mundo dualista creado por la tradición judeo-cristiana, la naturaleza era el dominio de lo demoníaco, pues era pura terrenidad, sin espíritu, por eso ahí se escondían auténticas encarnaciones del maligno, entre ellos los dragones.
Empecemos con Santa Margarita de Antioquía ( arriba y al lado) , no se sabe muy bien cuando vivió, pero se calcula que fue a finales de los años 200 o principios de los 300 (ajá...), nacida en la actual Turquía, fue hija de un noble pagano pero gracias a las enseñanzas de su nana se volvió cristiana, bautizandose a los 13 años de edad. A partir de ahí dedicó su vida a profesar su fe. Al parecer era muy guapa pues un gobernador romano le propuso matrimonio, pero ella lo rechazó por lo que él se la encargó a una mujer noble para hacerla renegar de su fé cristiana, incluso fue torturada y encerrada. Ahí tras días de encierro, a pesar de sus rezos y plegarías, se le apareció "el maligno" en forma de dragón y pues se la comió. Margarita, ya en la panza de la bestia, recordó que llevaba consigo un crucifijo y con él abrió la panza del dragón y logró escapar de él, su alegría no duró mucho pues pronto el gobernador ordenó que se les cortara la cabeza a todos los católicos de la zona... y de esta ya no se salvó. Así fue la historia de santa Margarita de Antioquía.
(al lado:Santa Margarita y el dragón (francia 1490-1500)
Hablemos ahora de Marta de Betania, ella aparece en la biblia un par de veces, es la hermana de la famosa y siempre confundida María de Betania, como sabemos ellas, junto con su hermano Lázaro, dieron asilo, al parecer en más de una ocasión, a Jesús. Ella, al contrario de su hermana, fue representada por Lucas y Juan en la Biblia, como una humilde mujer silenciosa pero fiel al profeta. Claro, en el nuevo testamento no aparecen dragones, pero su fama se debe a un mito popular francés: se cuenta que los habitantes de un pequeño poblado cercano a Aviñon vivían aterrorizados pues cerca de ahí vivía una Tarasca ( un monstruo mítico que, bueno, en general es un dragón) que hacía de las suyas, ya saben destruyendo cosechas, robando ganado...el perfecto chivo expiatorio (sí, como ahora los negros, los musulmanes o los latinos). El gobernador de la zona intentó por todos los medios acabar con ella pero no lo logró, todo parecía perdido hasta que de pronto llegó Santa Marta (no sé como llegó desde Betania -actual Israel- a Francia pero vale) a la caza del monstruo, al llegar frente a él Marta le arrojó agua bendita y, mostrando su crucifijo, elevó una plegaria, pronto la bestia cayó, como hipnotizada ante ella. Marta llevó a la ahora mansa tarasca al pueblo, en donde los pobladores la mataron a palazos y pedradas, sin que el monstruo se defendiera. Esta fue la historia de Santa Marta y la tarasca. (Arriba, santa Marta guiando a la tarasca domada).

detalle del Gran retablo de San Jorge, de Andrés Marzal de Sax, 1400.
Lo que viene: especial de San Cristobal, Lucía de Siracusa, Santa Bernardita de Lourdes, el sagrado prepucio y más.
1 comentario:
http://www.facebook.com/notes/la-calle-de-la-gran-ocasi%C3%B3n/drag%C3%B3n-marta/152537381564484
Hay un libro, de diálogos teatrales de una dramaturga mexicana llamada Luisa Josefina Hernández, uno de los diálogos es entre Marta y el dragón, espero te guste =)
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