La poesía puede ser de otra forma.
A las palabras, amigo,
habremos de ultrajar,
Despojarlas de su significado
Inventarles uno nuevo,
el que se nos antoje.
Habremos de hablarles con mentiras,
Llevarlas a fiestas donde nadie las conozca
y humillarlas frente a todos.
Habrá que desnudarlas,
quitarles sus virtudes de niñas bien
y ponerlas donde queramos
Quitarles toda voluntad
¡eso habremos de hacer amigo!
Habrá que Secuestrarlas,
hacerlas nuestras,
pedir un rescate impagable
y putearlas cada noche.
Habrá que desfigurarlas
Hasta que se miren en espejos
Y no se reconozcan.
Pondremos explosivos
en sus cuarteles-Diccionarios,
Las veremos volar.
Habremos de reír de una forma
que aún no se conoce. Ellas correrán
Achicharradas, por dentro y por fuera.
“¡Es por su bien!”, les gritaremos.
¡Las dejaremos sin palabras!
¡Habremos de ser terroristas carajo!
¡esto es un llamado a la violencia!
Habremos de Infiltrarnos entre
sus significantes,
Codearnos con ellos
e inmolarnos.
¡Eso habremos de hacer, cabrón!
No habremos de dejar
que se agrupen,
no permitiremos que creen sintaxis
coherentes
¡Las llevaremos a la locura!
¡quemaremos sus torres y huiremos
a nuestros desiertos!
Eso habremos de hacer.
Y luego
las besaremos,
Serán ya nuestras,
y seremos de ellas.
Nos miraremos en ellas,
-Espejos nuevos-
Les haremos el amor
Todas las noches
Hasta llegar al paroxismo histérico.
Habremos de estar, amigo, a su servicio
Les llevaremos acentos
y significantes nuevos a la cama
por las mañanas.
Nos llamarán lacayos,
nos absorberán todo valor, toda fuerza.
Deambularemos por las calles
Cual zombis, sólo pensando en ellas.
Soñaremos con papel y tinta.
Y luego,
Estaremos cabronamente solos
Seremos no más que despojos
O poetas, que es peor.
Y Ellas, las palabras
se cansarán de nosotros
¡Ellas, viudas negras
habrán de matarnos!
Y seguirán su camino.
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