La muerte es el motor del mundo; si no existiese no habría motivo para apresurarse, para crear, para cambiar, para perpetuar, incluso se puede decir que la muerte es el motor de la vida, pues como escribió Jaime Sabines, la muerte es necesaria para que la vida "-no tú, ni yo- la vida, dure para siempre". Así el ser humano no puede desentenderse de pensar en la muerte, en SU muerte. Todo gran filosofo, todo gran artista reflexiona constantemente sobre la muerte.
Kate Clark es una artista Newyorkina que recientemente ha creado una serie de obras que están entre la escultura y la taxidermia; utiliza tanto materiales orgánicos como sintéticos para crear monstruosas figuras mitad animal mitad humanos. Una primera interpretación de estas piezas es, claro, la relación humano-animal, sin embargo el contenido de estas piezas va más allá, esta relación es más profunda; el dolor, la muerte, la quietud; la muerte animal muchas veces es vista como algo natural, pero la humana, como escribió alguna vez Simone de Beauvoir, nos parece que "siempre es un accidente (...) una cosa indevida". Al fusionar al animal con rasgos humanos, verlo ahí seco, decorativo, se nos hace más cercano, doloroso, vulnerable, horrendo, pues nos damos cuenta de la innevitabilidad de la muerte, de que la finitud nos une con el resto de los animales.
Más. Entrevista en video.
No hay comentarios:
Publicar un comentario