lunes, 20 de abril de 2009

Imagen del día: fachadas de sudáfrica (serie)

Photobucket
"Lavandería"

Photobucket
"L557, 1077 Gugulethu"

Photobucket
"Casa en Gugulethu"

Photobucket
"Gugu y niño"

Joyce Ntobe es una artista sudafricana, de piel profundamente oscura, nacida en un barrio pobre, aun se mantiene unida a sus raices y pinta folklóricos -aunque críticos- cuadros con un estilo sencillo, casi humilde, pero con buena calidad técnica; esta artista, mujer, africana, negra podría simbolizar un discruso incluyente y multicultural del arte contemporáneo, sólo hay un problema; ella no existe, es un invento, un alter ego creado por Beezy Bailey, un artista -hombre, blanco, clase media- Sudafricano, quien estaba harto de lo que él llama "racismo inverso", pues como sabemos ese pais tiene una oscura historia reciente marcada por el apartheid (la estratificación social y jurídica basada en el color de la piel), por lo que actualmente las autoridades buscan dar una imagen incluyente, plural y multicultural. El artista se dio cuenta de que las Instituciones Artísticas también buscaban, al comprar trabajos de artistas negros -o mejor aun: mujeres negras-, dar una imagen de cordialidad e inclusión al exterior. Bailey quizo poner a prueba su teoría: en 1992 registró algunos trabajos a nombre de Joyce Ntobe, su alterego -claro con una breve reseña biográfica- para la trienal de arte sudafricano, pero también registró otros cuadros a su nombre, el resultado fue sorprendente; las pinturas pintadas bajo el pseudónimo fueron compradas inmediatamente por la Galería Nacional, mientras que los firmados por su nombre real ( y con la desabrida historia de un hombre blanco de clase media) fueron rechazados (a pesar de haber sido hechos ambos por la misma mano y tener la misma excelente calidad, como es el caso de la serie de piezas mostradas arriba -firmadas con el alterego-) . Este experimento social es una actualización ( y una politización) de lo que Duchamp hizo con su Fuente en 1917; a través de un alter ego desconocido explicitan códigos no escritos, reglas y normas que no se dicen pero que están ahí y son tan rígidas como las escritas en códigos, pero sólo salen a la superficie a través de experimentos de Ruptura (como los llama el sociologo Harold Garfinkel, para el caso de la etnometodología).

Cuando en Sudafrica se enteraron del experimento de Beezy, se creó una gran polémica; entonces todo indicaba que se compraban simbólos, se compraban historias, vidas, más que obras; se discriminaba a los blancos de clase media pues no eran buena imagen para el exterior, pero esto en el fondo era también una discriminación inversa contra la población negra; se subestima su trabajo artístico, reduciendolos a meros simbólos de unidad; les están haciendo un favor. Hay venas abiertas que no sanan, las heridas son tan profundas, tan dolorosas que la mejor opción, creen, es ocultarlas.



No hay comentarios: