
A pesar de lo anterior la feria se lanzó (el pleito legal terminó dandole la razón a Zélika), con otro nombre y al parecer otra visión; mas latinoaméricana gracias a la sección Zona MACO sur. Es muy probable que esta feria, contra todas las expectativas, será un éxito económico ya que en tiempos de crisis el dinero cambia muy pronto de valor, pero las obras de arte no; son una inversión segura, entonces invertir en un artista reconocido es crear un fondo de ahorro, es garantizar que ese dinero no sólo no se depreciará sino que quizá se multiplique. Hay coleccionistas que adquieren obras por el placer de tener algo significativo histórica y estéticamente, pero otros tantos, desinteresados absolutamente por el arte, las compran pues es una inversión adecuada, así el proceso que describió el Filósofo Walter Benjamín a principios del siglo XX se expande; el arte pasó de tener un valor de culto a tener un valor de exhibición y ahora a principios del siglo XXI en medio de art dealers, ferias y enormes colecciones privadas , la obra tiene como valor principal el valor de cambio; no importan ya sus elementos sacros, ni estéticos ni discursivos, sólo importa la validación social que lo convierte en una inversión adecuada, en un cheque en blanco al portador; el triunfo del arte es al mismo tiempo su gran declive.
Más. Zona Maco en la revista Arteven
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