sábado, 9 de enero de 2010

imagen del día: 4 muertes.

Photobucket
Cadáver real fotografíado por el artista Andrés Serrano, en su serie Morgues.

En la sociedad del espectáculo todo suceso gira en torno a la imagen, ese es su valor supremo. Incluso la muerte más que un problema teológico o filosófico, es una cuestión de imagen, un impacto visual. En tiempos de muerte como los nuestros ésta es banalizada en periódicos, revistas y otros medios de comunicación (incluido el arte), se vuelve un hecho perdido entre miles, una nota al píe, una cifra ilustrada, incluso un chiste,recuerdo siempre aquella primera plana del periodico El metro, la noticia central era sobre un cadaver encontrado en un canal de aguas negras. El titular decía: "de a muertito", otro día, en ese mismo periodico salió la nota de dos militares norteamericanos quemados en Irak y colgados de cables de luz, el titular del diario fue "Término medio". Quizá el humor y la banalización son recursos que nos libran de lo terrible de la muerte, de lo imposible que es comprenderla. Ya no nos queda dios para explicar, con un emotivo silencio, el sentido de la muerte, así que un sustituto es la imagen, la saturación como antídoto de la reflexión. El impacto dura un instante, la muerte es para siempre.

Photobucket
La joven Evely McHale se suicidó en 1947 arrojándose del Empire State, por una decepción amorosa. Cayó sobre el techo de una limusina, momentos después el fotógrafo Robert Wiles inmortalizó hermosamente su cadáver.

Hoy el gobierno Mexicano libra una guerra contra ciertos carteles del narcotráfico, por lo que la muerte brutal (decapitados, ahorcados, personas deshechas en ácido)se ha convertido en un hecho cotidiano. Los cadáveres son propaganda, como tal son colocados en lugares visibles, e intentando provocar el mayor impacto en el receptor de los mensajes, esto es algo común entre los narcos, pero recientemente el gobierno Mexicano ha demostrado que también es parte del juego con la imagen de la muerte. En un operativo desmedido compuesto por 200 militares, fue asesinado el capo de la droga Arturo Beltrán Leyva, tras su muerte "alguien" tomó fotos del cadáver cobre el que arrojaron decenas de billetes ensangrentados y objetos religiosos: es un trofeo que, como cazadores internados en la selva, exhiben sin reparo: su muerte no merece respeto, porque él privo de la vida a cientos, ese es el discurso que se esconde tras la imagen.

Photobucket

Photobucket
Imágenes del cadáver de Arturo Beltrán Leyva.

Lo mismo pasó años atrás en Colombia cuando un comando militar asesinó al líder total de la cocaína: Pablo Escobar, tras matarlo, varios militares posaron sonriendo al rededor del indefenso cadáver del hombre más poderoso de la historia del narcotráfico, ese que logró controlar toda una región, ese que aterrorizó al país con coches bombas, ese asesino intelectual de inocentes, ese ser humano.

Photobucket
Militares posando al rededor del cadaver de Pablo Escobar en 1993.

La imagen es una simulación, no es la muerte, es una representación, un discurso simbólico que impacta a sus receptores, es parte de la construcción de los mitos y de los sentidos de la historia.



No hay comentarios: