Durante la edad media la "Peste negra" mató a al rededor de 23 millones de personas sólo en Europa. No había cura para esta enfermedad transmitida por la pulga, sin embargo pronto surgieron los llamados Médicos de la peste; supuestos especialistas, mitad alquimistas-misticos, mitad médicos quienes diagnosticaban a los enfermos e incluso les daban tratamientos poco ortodoxos (por ejemplo se le recomendaba a la gente beber mucho licor pues, creían, esto combatía a la enfermedad). Su vestimenta cumplía una doble función; la mascara se usaba para auyentar a las aves, pues se creía que estos animales contagiaban la enfermedad, pero también era una máscara de gas primitiva que se usaba para proteger el rostro contra el contagio, era común también que el interior del pico estuviera lleno de plantas aromatizantes para dispersar "el mal aire", vestían además un traje largo con capa y sombrero alto (seña inconfundible de que se trataba de médicos, pero también medida de protección contra el contagio), llevaban además una larga vara con un reloj de arena con alas en la punta que servía para manipular a los infectados sin tocarlos directamente. Conocemos como era el atuendo de estos médicos gracias a ilustraciones de la época .
El traje de los médicos de la peste ha fascinado (y aterrorizado) a generaciones por su impacto visual, y los artistas no han sido ajenos a este fenómeno, tal es el caso del fotógrafo comercial Laurence Winram, quien creó esta interpretación siniestra de un médico de la peste caminando fantasmagórico por el campo;aunque ahora los médicos epidemologos vistan de blanco, verde o azul con mascarillas de alta seguridad, el temor que le causa a la población al verlos, sigue siendo ese mismo, nuestros temores sólo cambian de apariencia.
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